Hola, ¿cómo estás? Soy la doctora Ximena González Calimayor y hoy vamos a platicar un poco acerca de la resistencia a la insulina o prediabetes. Muchas personas han escuchado estos términos, pero a veces no comprenden bien qué significan o por qué ocurren. Vamos a explicar qué es, quiénes pueden presentar esta condición, cuáles son los síntomas, cómo se diagnostica y algunas generalidades sobre su tratamiento (sin recomendar automedicación).
Primero, es importante entender qué es la insulina. La insulina es una hormona que produce el páncreas y cuya función principal es indicar a las células del cuerpo que deben absorber la glucosa obtenida de los alimentos para transformarla en energía. Cuando existe resistencia a la insulina, las células no responden adecuadamente y no absorben la glucosa, lo que provoca que el nivel de azúcar en sangre se eleve.
Con el tiempo, el páncreas intenta compensar produciendo más insulina, pero eventualmente se agota, aumentando el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Esta situación puede afectar a cualquier persona, pero el riesgo es mayor en individuos con sobrepeso, antecedentes familiares de diabetes tipo 2, mayores de 45 años, fumadores, personas con apnea del sueño, hígado graso o mujeres con síndrome de ovario poliquístico.
En general, la resistencia a la insulina no da síntomas claros, pero algunos signos que podrían sugerir su presencia incluyen: aumento del perímetro de la cintura, presencia de verruguitas en cuello o pecho, áreas oscuras y aterciopeladas en la piel (acantosis nigricans), hipertensión arterial o alteraciones en estudios de sangre como glucosa elevada o hemoglobina glucosilada alterada.
Finalmente, para confirmar el diagnóstico, es importante realizarse análisis clínicos de rutina. Recuerda: en Punto Clínico tenemos especialistas que pueden orientarte y prevenir complicaciones futuras. ¡No dejes tu salud para mañana!
La resistencia a la insulina es una condición en la que las células del cuerpo dejan de responder de manera adecuada a la insulina, dificultando la absorción de la glucosa. Como resultado, el nivel de azúcar en la sangre aumenta, obligando al páncreas a trabajar en exceso hasta que se agota, y predispone a desarrollar diabetes tipo 2.
Esta situación puede presentarse en cualquier persona, aunque existen factores que aumentan el riesgo, como tener sobrepeso, antecedentes familiares de diabetes, ser mayor de 45 años, fumar, tener apnea obstructiva del sueño, padecer hígado graso o síndrome de ovario poliquístico, entre otros.
En sus etapas iniciales, la resistencia a la insulina generalmente no produce síntomas evidentes. Sin embargo, en algunos casos se pueden observar señales como aumento del tamaño de la cintura, aparición de pequeñas verrugas en el cuello o tórax, oscurecimiento de la piel en áreas específicas o alteraciones en estudios de sangre de rutina.
El diagnóstico se realiza mediante estudios de laboratorio que miden la glucosa en ayuno, pruebas de tolerancia a la glucosa, hemoglobina glucosilada y niveles de triglicéridos. Por eso es fundamental realizar chequeos médicos anuales, incluso si no se presentan molestias.
Detectar la resistencia a la insulina a tiempo permite adoptar cambios en el estilo de vida que pueden revertir la condición, como mejorar la alimentación, aumentar la actividad física y controlar otros factores de riesgo. La medicina preventiva puede marcar la diferencia entre una vida saludable y complicaciones futuras.
La resistencia a la insulina es una condición silenciosa que, si no se detecta y se maneja a tiempo, puede llevar a complicaciones como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Realizar chequeos médicos de forma preventiva permite detectar alteraciones metabólicas de manera temprana y mejorar la calidad de vida.
En Punto Clínico estamos comprometidos con tu bienestar. Contamos con médicos especialistas que te acompañarán en todo tu proceso de diagnóstico y prevención. No dejes tu salud para mañana: ¡haz tu cita hoy y empieza a cuidarte!
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