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Consulta con Médicos Ortopedistas altamente capacitados, especialistas dedicados a la detección y tratamiento, médico y quirúrgico, de alteraciones en el sistema musculoesquelético.

Contamos con 8 sucursales en la Ciudad de México (CDMX), servicios de Laboratorio, Farmacia e Imagenología, así como servicios complementarios en Medicina Preventiva y Detección Oportuna.

8 sucursales

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Tu Consulta

Los métodos, equipos y procedimientos descritos pueden variar por médico y sucursal sin previo aviso.

Una consulta ortopédica integral en Punto Clínico es una evaluación médica especializada realizada por un ortopedista, un médico experto en el diagnóstico, tratamiento y manejo de trastornos musculoesqueléticos.

Esta consulta tiene como objetivo abordar una variedad de condiciones que afectan los huesos, articulaciones, músculos y tejidos conectivos del cuerpo.

Historia Clínica Detallada: El ortopedista comienza la consulta recopilando información sobre la historia médica y los antecedentes del paciente. Esto incluye preguntas sobre síntomas actuales, lesiones previas, cirugías anteriores, condiciones médicas existentes y cualquier factor relevante para la salud musculoesquelética del paciente.

Examen Físico Completo: Se realiza un examen físico minucioso para evaluar la función y la estructura de los huesos, articulaciones y músculos. Esto puede involucrar pruebas de movimiento, palpación de áreas problemáticas y evaluación de la fuerza y la flexibilidad.

Imágenes Diagnósticas: Si es necesario, se pueden solicitar pruebas de diagnóstico por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o ecografías para obtener una imagen más clara de la afección musculoesquelética.

Diagnóstico y Plan de Tratamiento: Con base en la historia clínica, el examen físico y las imágenes, el ortopedista establece un diagnóstico y desarrolla un plan de tratamiento personalizado. Esto puede incluir opciones de manejo no quirúrgico, tratamiento conservador, fisioterapia, medicamentos o recomendaciones para cirugía en casos necesarios.

Educación del Paciente: El ortopedista explica al paciente la naturaleza de su afección, las opciones de tratamiento disponibles, los posibles riesgos y beneficios, así como las expectativas realistas para la recuperación.

Manejo del Dolor: Si el paciente está experimentando dolor, el ortopedista puede recomendar medicamentos para el alivio del dolor y la inflamación.

Fisioterapia y Rehabilitación: Se pueden recomendar ejercicios específicos y terapias de rehabilitación para mejorar la función y reducir la discapacidad.

Cirugía Ortopédica: Si se determina que la cirugía es necesaria, el ortopedista discutirá el procedimiento, los riesgos y los beneficios con el paciente y programará la cirugía si es apropiado.

Seguimiento y Cuidados Continuos: Después del tratamiento inicial, el ortopedista realiza seguimientos para evaluar el progreso del paciente y realizar ajustes en el plan de tratamiento si es necesario.

Prevención y Asesoramiento: Además de tratar afecciones existentes, el ortopedista puede brindar consejos para prevenir lesiones musculoesqueléticas futuras y mejorar la salud en general.

La consulta ortopédica integral tiene como objetivo proporcionar una atención personalizada y centrada en el paciente para abordar problemas musculoesqueléticos y mejorar la calidad de vida del paciente. Es importante trabajar en colaboración con el ortopedista y seguir sus recomendaciones para obtener los mejores resultados posibles.

Los paquetes de atención personalizada ofrecidos por un ortopedista en Punto Clínico pueden variar según la práctica médica y las necesidades del paciente. Estos son algunos ejemplos de paquetes te podríamos ofrecer:

Paquete de Evaluación General Musculoesquelética:

  • Consulta inicial y revisión de la historia clínica.
  • Examen físico completo para evaluar la función y estructura musculoesquelética.
  • Recomendaciones de estilo de vida y prevención de lesiones.
  • Informe detallado sobre la salud musculoesquelética y sugerencias para el manejo a largo plazo.

Paquete de Tratamiento de Lesiones Deportivas:

  • Consulta inicial y evaluación de la lesión.
  • Imágenes diagnósticas, como radiografías o resonancias magnéticas.
  • Plan de tratamiento personalizado, que puede incluir fisioterapia, medicamentos y ejercicios específicos para rehabilitación.
  • Seguimientos programados para evaluar el progreso y realizar ajustes en el tratamiento.

Paquete de Evaluación de Articulaciones Específicas:

  • Evaluación exhaustiva de una articulación específica, como rodilla, hombro o cadera.
  • Pruebas de diagnóstico por imágenes y análisis detallado de la función articular.
  • Plan de tratamiento individualizado que puede incluir ejercicios de fortalecimiento y técnicas de manejo del dolor.

Paquete de Evaluación de la Columna Vertebral:

  • Evaluación detallada de problemas de la columna vertebral, como hernias discales o escoliosis.
  • Estudios de imagen avanzados para visualizar la estructura de la columna.
  • Desarrollo de un plan de tratamiento que puede incluir ejercicios de fortalecimiento, fisioterapia y opciones quirúrgicas si es necesario.

Paquete de Manejo del Dolor Crónico:

  • Evaluación de pacientes con dolor crónico musculoesquelético.
  • Desarrollo de un plan de manejo del dolor personalizado que puede incluir medicamentos, terapias no farmacológicas y opciones de intervención.

Paquete de Rehabilitación Postquirúrgica:

  • Planificación y seguimiento de la rehabilitación después de una cirugía ortopédica.
  • Diseño de un programa de ejercicios y terapia para optimizar la recuperación y la función.

Paquete de Evaluación y Prevención de Lesiones en Trabajo o Actividades Cotidianas:

  • Evaluación de la ergonomía y los hábitos posturales en el lugar de trabajo o en actividades diarias.
  • Asesoramiento sobre cómo prevenir lesiones relacionadas con la actividad laboral o cotidiana.

Estos paquetes ofrecen un enfoque más personalizado para abordar las necesidades específicas de cada paciente y pueden ayudar a optimizar el manejo de problemas musculoesqueléticos, prevenir lesiones y mejorar la calidad de vida. Cada paquete puede variar según la práctica del ortopedista y las opciones disponibles en cada sucursal.

Todos nuestros médicos y médicas en el área de Ortopedia se encuentran acreditados como Médicos Ortopedistas.

Puedes esperar de ellos una atención amable donde la prioridad es aclarar todas tus dudas y encontrar el mejor tratamiento para ti.

Buscamos activamente a los mejores doctores, aquellos que se mantienen en constante capacitación a nivel nacional e internacional, para poder brindar el mejor servicio en cuestión de atención médica de calidad.

Ponemos mucho cuidado en que cada consulta sea una experiencia agradable. Los doctores y personal de enfermería certificado harán todo lo posible por mantenerte cómoda y plenamente informada durante toda la consulta.

Puedes confiar en nuestros especialistas que, junto al resto de nuestro equipo médico, se encargará de mantener y actualizar tu expediente con cada visita permitiéndonos atenderte de una manera personal.

Todo lo anterior para poder ofrecer la mejor atención por un equipo de Médicos Ortopedistas certificados y activos en la comunidad médica.

Un médico ortopedista es el que ha completado una formación especializada y ha obtenido la certificación oficial en el campo de la ortopedia. La certificación es otorgada por una junta o entidad médica reconocida que verifica y avala la competencia y habilidades del médico en el diagnóstico, tratamiento y manejo de condiciones musculoesqueléticas y ortopédicas.

Para obtener la certificación como ortopedista, generalmente se requiere lo siguiente:

Educación Médica: El médico debe haber completado su educación médica en una escuela de medicina reconocida y haber obtenido el título de médico.

Residencia en Ortopedia: Después de la escuela de medicina, el médico debe haber completado una residencia en ortopedia, que es un programa de entrenamiento intensivo en el que adquiere experiencia práctica en el diagnóstico y tratamiento de una amplia gama de problemas musculoesqueléticos.

Examen de Certificación: Tras finalizar la residencia, el médico debe someterse a un examen de certificación diseñado por una junta médica especializada en ortopedia. Este examen evalúa el conocimiento teórico y las habilidades clínicas del médico en el campo de la ortopedia.

Cumplimiento de Requisitos: Además del examen, la junta de certificación puede requerir que el médico cumpla con otros requisitos, como la presentación de casos clínicos, participación en programas educativos continuos y evidencia de experiencia clínica significativa.

Una vez que un médico ha completado con éxito estos pasos y ha sido aprobado por la junta de certificación, se le otorga el título de “Ortopedista Certificado”. Esta certificación es un reconocimiento de que el médico tiene las habilidades y el conocimiento necesarios para brindar atención médica de alta calidad en el campo de la ortopedia. Al buscar atención ortopédica, es recomendable buscar a un médico que esté certificado en la especialidad para garantizar un tratamiento adecuado y seguro.

En Punto Clínico queremos que te sientas como en casa.

Si nos lo permites, nuestra prioridad al atenderte siempre será:

1- Diagnosticar correctamente.

2- Realizar el tratamiento correspondiente de la manera adecuada.

3- Dar el debido seguimiento para su resolución y/o control.

En la actualidad existen numerosos métodos y procesos a través de los cuales se pueden erradicar o minimizar los síntomas de una gran variedad de condiciones.

Existen distintos tipos de tratamiento que ponemos a tu alcance.

Acércate a nosotros, te atenderemos con mucho gusto para ayudarte a gozar del mejor estado de salud posible. Todo nuestro equipo y recursos médicos están a tu disposición.

El equipo de Médicos Ortopedistas de Punto Clínico está conformado por un grupo de profesionales de la salud apasionados por sus pacientes, que toman en cuenta las situaciones únicas por las que está pasando su paciente, que buscan de manera proactiva mejorar sus métodos, técnicas o procedimientos y que son conscientes de la importancia de un trato amable y empático hacia todas las personas que atiende.

Nuestro equipo de Médicos Ortopedistas está listo para recibirte en instalaciones limpias y modernas, debidamente equipadas con todo el equipo médico necesario para brindarte una atención completa y de alta calidad.

Agenda tu cita para realizar tu chequeo con comodidad y certeza.

Nuestros Servicios

Los métodos, equipos y procedimientos descritos pueden variar por médico y sucursal sin previo aviso.

El diagnóstico y tratamiento de fracturas y lesiones óseas es una parte fundamental del trabajo de un ortopedista. Un ortopedista de Punto Clínico normalmente lleva a cabo este proceso de la siguiente manera:

Diagnóstico:

Historia Clínica: El ortopedista comienza recopilando información sobre la historia de la lesión. Preguntará cómo ocurrió la lesión, qué síntomas experimenta el paciente y si hay antecedentes médicos relevantes.

Examen Físico: Realiza un examen físico completo para evaluar la lesión. Puede observar la hinchazón, la deformidad, la sensibilidad y la movilidad de la zona afectada.

Radiografías: Las radiografías son una herramienta fundamental para diagnosticar fracturas y lesiones óseas. Proporcionan imágenes detalladas de los huesos y permiten al ortopedista determinar la ubicación y la gravedad de la lesión.

Otras Pruebas de Imagen: En casos más complejos, como fracturas menos visibles o lesiones en articulaciones, el ortopedista puede solicitar resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para obtener imágenes más detalladas.

Tratamiento:

El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la lesión, así como de la salud general del paciente. Las opciones pueden incluir:

Inmovilización: Para algunas fracturas simples, el ortopedista puede recomendar inmovilizar el área afectada con un yeso, férula u otro dispositivo ortopédico para permitir la curación adecuada.

Reducción y Fijación: Si la fractura está desplazada, el ortopedista puede realizar una reducción, que implica reposicionar los huesos en su alineación correcta. Luego, puede utilizar técnicas de fijación como clavos, placas, tornillos o alambres para mantener los huesos en su lugar durante la curación.

Cirugía: En fracturas más complejas o en lesiones que involucran articulaciones, puede ser necesario realizar una cirugía. El ortopedista puede utilizar técnicas como la colocación de implantes o la reparación quirúrgica para restaurar la función y la estructura ósea.

Rehabilitación: Después de la fase de tratamiento inicial, el paciente puede ser derivado a terapia física para ayudar en la rehabilitación. Los ejercicios específicos y la terapia pueden mejorar la fuerza, el rango de movimiento y la función.

Seguimiento: El ortopedista realizará un seguimiento regular para evaluar la progresión de la curación y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.

En resumen, el diagnóstico y tratamiento de fracturas y lesiones óseas por parte de un ortopedista implica una combinación de evaluación clínica, pruebas de diagnóstico por imagen y la elección de opciones de tratamiento adecuadas para promover la curación y restaurar la función óptima.

El tratamiento de lesiones de tejidos blandos es una parte esencial de la práctica de un ortopedista. Aquí se describe cómo, usualmente, un ortopedista de Punto Clínico aborda el tratamiento de estas lesiones:

Diagnóstico:

Historia Clínica: El ortopedista comienza obteniendo información detallada sobre cómo ocurrió la lesión, los síntomas experimentados por el paciente y cualquier antecedente médico relevante.

Examen Físico: Realiza un examen exhaustivo de la zona afectada para evaluar la hinchazón, la sensibilidad, la movilidad y la función. Puede realizar maniobras específicas para evaluar la estabilidad de las articulaciones y los músculos circundantes.

Pruebas de Diagnóstico por Imagen: En algunos casos, el ortopedista puede ordenar pruebas de diagnóstico por imagen, como resonancias magnéticas o ultrasonidos, para obtener imágenes detalladas de los tejidos blandos y confirmar el diagnóstico.

Tratamiento:

El tratamiento de las lesiones de tejidos blandos puede variar según la naturaleza y la gravedad de la lesión. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

RICE (Descanso, Hielo, Compresión, Elevación): Para lesiones menores, como torceduras o distensiones, el ortopedista puede recomendar la terapia RICE para reducir la inflamación y promover la curación.

Medicamentos: Pueden recetarse medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) u otros analgésicos para aliviar el dolor y reducir la inflamación.

Terapia Física: El ortopedista puede derivar al paciente a un terapeuta físico para desarrollar un programa de ejercicios y técnicas de rehabilitación que mejoren la fuerza, la flexibilidad y la función de los tejidos afectados.

Inyecciones: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y aliviar el dolor en áreas específicas.

Cirugía: Si la lesión es grave o no responde a tratamientos conservadores, el ortopedista puede considerar la cirugía para reparar o reconstruir los tejidos dañados. Esto puede incluir la reparación de tendones o ligamentos.

Rehabilitación y Seguimiento: Después del tratamiento inicial, el ortopedista puede recomendar un plan de rehabilitación continuo para mejorar la recuperación y prevenir la recurrencia de la lesión. El paciente será seguido de cerca para evaluar la evolución y realizar ajustes si es necesario.

En resumen, el tratamiento de lesiones de tejidos blandos por parte de un ortopedista implica una combinación de enfoques que van desde medidas conservadoras hasta intervenciones más invasivas, según la gravedad de la lesión. El objetivo principal es promover la curación, restaurar la función y mejorar la calidad de vida del paciente.

El diagnóstico y tratamiento de la artritis es una parte importante de la práctica de un ortopedista. A continuación se describe cómo un ortopedista de Punto Clínico suele abordar este proceso:

Diagnóstico:

Historia Clínica: El ortopedista comienza recopilando información sobre los síntomas del paciente, como dolor en las articulaciones, rigidez, hinchazón y limitación de movimiento. También se exploran antecedentes médicos y familiares de artritis u otras condiciones relacionadas.

Examen Físico: Realiza un examen detallado de las articulaciones afectadas para evaluar la hinchazón, la sensibilidad, la movilidad y la función. Puede buscar signos específicos de artritis, como crepitación (ruido de roce) en las articulaciones.

Pruebas de Laboratorio: Se pueden realizar análisis de sangre para detectar marcadores inflamatorios y autoanticuerpos que pueden estar presentes en ciertos tipos de artritis, como la artritis reumatoide.

Pruebas de Imagen: Las radiografías pueden ayudar a identificar cambios en las articulaciones, como erosiones óseas o deformidades, que son característicos de la artritis. Las resonancias magnéticas o ecografías también pueden proporcionar imágenes más detalladas de las articulaciones y los tejidos circundantes.

Tratamiento:

El tratamiento de la artritis puede ser variado según el tipo y la gravedad de la afección. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Medicamentos: El ortopedista puede recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) u otros medicamentos que reduzcan la inflamación y el dolor. En casos de artritis reumatoide, se pueden utilizar medicamentos modificadores de la enfermedad o terapias biológicas.

Terapia Física: La terapia física puede ayudar a mejorar la movilidad y la función de las articulaciones afectadas, así como a fortalecer los músculos circundantes para brindar soporte adicional.

Cirugía: En casos graves de artritis que no responden a tratamientos conservadores, el ortopedista puede considerar la cirugía. Las opciones pueden incluir cirugía de reemplazo articular, como la artroplastia, en la que se reemplaza la articulación afectada con una prótesis.

Cambios en el Estilo de Vida: El ortopedista puede recomendar cambios en la dieta, el ejercicio y otros aspectos del estilo de vida para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.

Educación y Apoyo: El ortopedista brinda información al paciente sobre su afección y opciones de tratamiento. También puede derivar al paciente a grupos de apoyo o recursos educativos para ayudarlo a comprender y manejar mejor la artritis.

Seguimiento: El ortopedista realiza un seguimiento regular para evaluar la progresión de la artritis, ajustar el plan de tratamiento según sea necesario y monitorear la respuesta del paciente a las intervenciones.

En resumen, el diagnóstico y tratamiento de la artritis por parte de un ortopedista implica una combinación de evaluación clínica, pruebas de diagnóstico y opciones de tratamiento específicas para cada paciente.

El objetivo es reducir el dolor, mejorar la función y mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.

El manejo de problemas de columna es una parte fundamental de la práctica de un ortopedista. A continuación se describe cómo un ortopedista de Punto Clínico puede abordar el tratamiento de problemas relacionados con la columna vertebral:

Evaluación y Diagnóstico:

Historia Clínica: El ortopedista comienza recopilando información sobre los síntomas del paciente, como dolor en la espalda, el cuello o las extremidades, debilidad, hormigueo u otros problemas. Se exploran antecedentes médicos y cualquier evento o lesión previa que pueda estar relacionado con el problema.

Examen Físico: Realiza un examen exhaustivo de la columna vertebral, evaluando la postura, la movilidad, la alineación y la función de las articulaciones. También examina la fuerza muscular y la sensibilidad en diferentes áreas.

Pruebas de Diagnóstico por Imagen: En casos necesarios, se pueden realizar radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas para obtener imágenes detalladas de la columna vertebral y las estructuras circundantes.

Tratamiento:

El tratamiento de problemas de columna puede variar según la naturaleza y la gravedad del problema. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Terapia Física: El ortopedista puede recomendar terapia física para mejorar la movilidad, la fuerza muscular y la postura. Los ejercicios específicos y las técnicas de rehabilitación pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función de la columna.

Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) u otros analgésicos para reducir el dolor y la inflamación.

Inyecciones: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de corticosteroides en áreas específicas de la columna para aliviar la inflamación y el dolor.

Cirugía: Si los problemas de columna son graves y no responden a tratamientos conservadores, el ortopedista puede considerar la cirugía. Las opciones pueden incluir la fusión espinal, la discectomía o la laminectomía, entre otras.

Manejo del Estilo de Vida: El ortopedista puede brindar recomendaciones sobre la ergonomía, la postura y el cuidado de la columna en la vida diaria para prevenir problemas futuros.

Educación y Prevención: El ortopedista educa al paciente sobre cómo cuidar y mantener una columna vertebral saludable, y brinda pautas para prevenir lesiones o problemas adicionales.

Trabajo en Equipo: En casos complejos, el ortopedista puede colaborar con otros especialistas, como fisioterapeutas, neurólogos o reumatólogos, para garantizar un enfoque integral en el manejo de los problemas de columna.

Seguimiento: El ortopedista realiza un seguimiento regular para evaluar la respuesta del paciente al tratamiento y realizar ajustes según sea necesario.

En resumen, el manejo de problemas de columna por parte de un ortopedista involucra una evaluación exhaustiva, opciones de tratamiento personalizadas y un enfoque multidisciplinario para abordar el dolor y mejorar la función de la columna vertebral.

El objetivo principal es restaurar la calidad de vida del paciente y minimizar los impactos negativos en su salud y bienestar.

La terapia física y rehabilitación son componentes esenciales en la práctica de un ortopedista para ayudar a los pacientes a recuperar la función y mejorar su calidad de vida después de lesiones o cirugías ortopédicas.

Evaluación Inicial:

Evaluación del Paciente: El ortopedista evalúa la historia médica y la condición actual del paciente. Se discuten los objetivos de la terapia y las limitaciones físicas que el paciente puede estar experimentando.

Evaluación Física: Se realiza un examen físico detallado para evaluar la fuerza muscular, la movilidad articular, la coordinación y la postura del paciente. Esto ayuda a identificar áreas problemáticas y establecer una línea base para medir el progreso.

Diseño de un Plan de Terapia Personalizado:

Establecimiento de Objetivos: En colaboración con el paciente, el ortopedista establece objetivos realistas para la terapia. Estos pueden incluir recuperación de la función, alivio del dolor, mejora de la movilidad y retorno a actividades normales.

Desarrollo del Plan: Se crea un plan de terapia individualizado que puede incluir ejercicios de fortalecimiento, estiramientos, ejercicios de equilibrio, técnicas de movilización y otras modalidades de terapia física.

Implementación de la Terapia:

Sesiones de Terapia: El paciente asiste a sesiones regulares de terapia física bajo la supervisión de un fisioterapeuta o un profesional de rehabilitación. Durante estas sesiones, se realizan ejercicios específicos diseñados para abordar las necesidades y objetivos del paciente.

Evaluación y Ajustes: El ortopedista y el terapeuta evalúan regularmente el progreso del paciente y ajustan el plan de terapia según sea necesario. Esto puede incluir la modificación de ejercicios, la intensidad de la terapia y la incorporación de nuevas técnicas.

Enseñanza y Autocuidado:

Educación al Paciente: El ortopedista y el terapeuta proporcionan al paciente información sobre su condición, cómo realizar ejercicios en casa y cómo prevenir futuras lesiones.

Entrenamiento en Ergonomía: Se brinda orientación sobre cómo mantener una postura adecuada y ergonómica en el trabajo y en las actividades diarias para prevenir recurrencias.

Monitoreo y Seguimiento:

Registro de Progreso: El progreso del paciente se registra y documenta a lo largo del proceso de rehabilitación. Esto ayuda a medir los avances y ajustar el plan según sea necesario.

Seguimiento a Largo Plazo: Después de completar la terapia formal, el ortopedista puede recomendar ejercicios de mantenimiento y autocuidado para garantizar que los beneficios obtenidos se mantengan a lo largo del tiempo.

En resumen, la terapia física y rehabilitación realizadas por un ortopedista involucran una evaluación detallada, la planificación de un programa de tratamiento personalizado y la supervisión continua para asegurar una recuperación óptima.

El objetivo principal es ayudar al paciente a restaurar su función, mejorar su calidad de vida y prevenir futuras complicaciones.

El asesoramiento en prevención de lesiones es una parte esencial de la práctica de un ortopedista para ayudar a los pacientes a evitar lesiones musculoesqueléticas y mantener una buena salud en sus actividades diarias. Aquí se describe cómo un ortopedista de Punto Clínico brinda asesoramiento en prevención de lesiones:

Evaluación de Riesgos:

Historia y Estilo de Vida: El ortopedista recopila información sobre el historial médico, nivel de actividad física, deportes o actividades recreativas, así como las demandas laborales del paciente.

Análisis de Postura y Movimiento: Se evalúa la postura y la forma de moverse del paciente para identificar posibles desequilibrios musculares, debilidades y áreas de tensión.

Educación y Asesoramiento Personalizado:

Educación Sobre Ergonomía: El ortopedista educa al paciente sobre las mejores prácticas de ergonomía en el trabajo y en el hogar para prevenir lesiones por movimientos repetitivos, malas posturas y uso inadecuado del cuerpo.

Técnicas de Levantamiento Seguro: Se brindan instrucciones sobre cómo levantar objetos correctamente para evitar lesiones en la espalda y otros grupos musculares.

Recomendaciones de Actividad Física: El ortopedista aconseja sobre el tipo de actividad física más adecuada para cada paciente, teniendo en cuenta sus condiciones de salud y objetivos. Esto puede incluir ejercicios de fortalecimiento, flexibilidad y equilibrio.

Preparación para Actividades Deportivas: Para aquellos que practican deportes, el ortopedista puede proporcionar orientación sobre el calentamiento adecuado, técnicas de estiramiento y medidas de prevención de lesiones específicas para su actividad.

Evaluación del Entorno:

Evaluación del Entorno Laboral: En caso de trabajos que implican movimientos repetitivos o levantamiento de objetos pesados, el ortopedista puede ofrecer recomendaciones para adaptar el entorno laboral y reducir el riesgo de lesiones.

Revisión de Calzado y Equipo: Si la actividad física o el deporte son parte de la rutina del paciente, el ortopedista puede revisar el calzado y el equipo utilizado, brindando recomendaciones para garantizar un soporte adecuado.

Fomento de Hábitos Saludables:

Nutrición y Hidratación: El ortopedista puede proporcionar consejos sobre una dieta equilibrada y adecuada hidratación para mantener huesos y músculos saludables.

Descanso y Sueño: Se enfatiza la importancia de un buen descanso y patrones de sueño adecuados para la recuperación muscular y la prevención de lesiones.

Seguimiento y Ajustes:

Monitoreo de Progreso: El ortopedista sigue el progreso del paciente y ajusta las recomendaciones según sea necesario para adaptarse a cambios en la salud, la actividad física o el entorno.

Resolución de Dudas: El paciente puede consultar al ortopedista sobre cualquier inquietud o pregunta relacionada con la prevención de lesiones.

En resumen, el asesoramiento en prevención de lesiones proporcionado por un ortopedista implica una combinación de educación personalizada, ajustes en el estilo de vida y orientación para evitar riesgos musculoesqueléticos. El objetivo principal es empoderar al paciente con el conocimiento y las herramientas necesarias para evitar lesiones y mantener su salud y bienestar a largo plazo.

Más Información

Los métodos, equipos y procedimientos descritos pueden variar por médico y sucursal sin previo aviso.

Debes considerar consultar a un ortopedista en los siguientes casos:

Dolor o Malestar Musculoesquelético: Si experimentas dolor persistente en tus huesos, articulaciones, músculos o tejidos blandos, especialmente si afecta tu movilidad o calidad de vida.

Lesiones Deportivas: Ante lesiones mientras practicas deportes o realizas actividades físicas, como torceduras, esguinces, fracturas u otras lesiones musculoesqueléticas.

Problemas de Movimiento: Si tienes dificultades para moverte, levantar objetos, caminar o realizar actividades diarias debido a dolor, rigidez o limitación en las articulaciones.

Deformidades Oseas: Si notas deformidades en tus huesos o articulaciones, como curvaturas anormales de la columna, deformidades en las extremidades o problemas de alineación.

Dolor en la Espalda o el Cuello: En caso de dolor crónico en la espalda o el cuello que no mejora con el tiempo o que se irradia hacia otras áreas.

Crecimiento Anormal: Si observas cambios en la longitud de las extremidades, desarrollo asimétrico o cualquier otra preocupación relacionada con el crecimiento.

Cambios en la Postura: Si notas cambios en tu postura, como encorvamiento de la espalda o hombros caídos.

Dificultades en Articulaciones: Si experimentas dificultades para mover o usar tus articulaciones, como la cadera, rodilla o hombro, debido a dolor, inflamación o debilidad.

Antecedentes de Enfermedades Óseas: Si tienes antecedentes familiares de enfermedades óseas, como osteoporosis, y deseas recibir orientación y prevención.

Preparación para Cirugía: Si requieres una evaluación prequirúrgica o buscas orientación antes de una cirugía ortopédica.

Seguimiento Postoperatorio: Si estás en proceso de recuperación después de una cirugía ortopédica y necesitas seguimiento y cuidados posteriores.

Recomendaciones de Prevención: Si deseas asesoramiento sobre cómo prevenir lesiones en actividades diarias, laborales o deportivas.

Problemas en las Extremidades Superiores o Inferiores: Si experimentas dolor, debilidad o limitaciones en manos, muñecas, codos, tobillos o pies.

Cambios en la Sensibilidad o Movimiento: Si notas cambios en la sensibilidad, fuerza muscular o movilidad en cualquier parte del cuerpo.

En resumen, un ortopedista es el especialista indicado para abordar problemas musculoesqueléticos, lesiones y condiciones relacionadas con huesos, articulaciones y tejidos blandos.

Si experimentas cualquiera de los síntomas o situaciones mencionados anteriormente, es recomendable programar una consulta con un ortopedista para una evaluación y tratamiento adecuados.

– Artritis
– Bursitis
– Deformidades
– Dislocaciones
– Dolores Articulares
– Esguinces
– Juanetes
– Lesiones Articulares
– Tendinitis
– Tumores Óseos
– Entre Otros…

Si no encuentras en la lista algún padecimiento que necesite atención, ¡Contáctanos!
Será un placer atenderte.

Además de los servicios ortopédicos mencionados previamente, aquí hay algunas áreas adicionales que un ortopedista de Punto Clínico puede abordar:

Medicina Deportiva: Un ortopedista puede trabajar en estrecha colaboración con atletas y personas activas para prevenir lesiones, mejorar el rendimiento y tratar problemas musculoesqueléticos relacionados con la actividad física.

Cirugía Artroscópica: La cirugía artroscópica es un enfoque minimamente invasivo que permite al ortopedista visualizar y tratar problemas dentro de las articulaciones, como reparación de ligamentos, meniscos y cartílago.

Trauma Ortopédico: Los ortopedistas están capacitados para tratar fracturas complejas, lesiones múltiples y trauma ortopédico causado por accidentes o lesiones graves.

Ortopedia Pediátrica: Los ortopedistas pediátricos se especializan en tratar a niños con afecciones musculoesqueléticas, deformidades congénitas y trastornos de crecimiento.

Ortopedia Oncológica: Se ocupa de los tumores óseos y de tejidos blandos, involucrando tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos para pacientes con cáncer en el sistema musculoesquelético.

Cirugía de Reemplazo Articular: Los ortopedistas pueden realizar cirugías de reemplazo total de articulaciones, como caderas, rodillas y hombros, para aliviar el dolor y mejorar la función en casos de daño severo.

Ortopedia del Pie y Tobillo: Especialización en tratar condiciones y lesiones en el pie y el tobillo, incluyendo deformidades, lesiones deportivas y problemas de marcha.

Ortopedia de Mano y Microcirugía: Los ortopedistas especializados en mano y microcirugía se centran en tratar problemas en las manos y dedos, incluyendo fracturas, lesiones de nervios y afecciones como el síndrome del túnel carpiano.

Ortopedia Geriátrica: Dirigida a abordar problemas musculoesqueléticos en adultos mayores, como osteoporosis, fracturas de cadera y artritis.

Ortopedia de la Columna: Los ortopedistas especializados en la columna tratan condiciones como hernias de disco, escoliosis, estenosis espinal y otros problemas relacionados con la columna vertebral.

Medicina Regenerativa: Algunos ortopedistas pueden ofrecer opciones de medicina regenerativa, como inyecciones de células madre o factores de crecimiento, para tratar lesiones y promover la curación.

Ortopedia Deportiva: Enfocada en el diagnóstico y tratamiento de lesiones deportivas en atletas y personas activas.

Ortopedia para Trastornos Metabólicos: Para pacientes con trastornos metabólicos que afectan la salud de los huesos, como la osteogénesis imperfecta.

Cabe mencionar que la especialización y los servicios adicionales pueden variar según la formación y experiencia del ortopedista, así como las necesidades específicas de los pacientes y el área geográfica. Si estás buscando atención en un área particular de la ortopedia, es recomendable investigar y consultar con profesionales que se especialicen en esa área específica.

Una consulta en Punto Clínico es una experiencia sumamente profesional. Utilizando equipo de última tecnología, nuestros Doctores y Especialistas altamente capacitados, te atenderán de manera integral en instalaciones modernas, limpias y debidamente sanitizadas.

Mientras estés en la consulta, que dura 30 minutos, los expertos de Punto Clínico elaborarán tu Historial Clínico Electrónico, recopilando toda tu información para que puedas tener acceso a ella cuando lo necesites. En algunos casos, cuando el paciente lo necesite, se puede recomendar hacer una reserva doble con el objetivo de satisfacer cualquier duda que pueda surgir.

Te invitamos a hacer tu visita lo antes posible, los Médicos Especialistas, el personal de Enfermería y todo el staff administrativo y de soporte te brindarán la atención personalizada que tu necesitas. Si agendas tu cita con suficiente anticipación podrás escoger el horario en el que prefieres visitarnos.

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