Hola, ¿cómo están? Soy la doctora Jimena González Cal y Mayor. El día de hoy vamos a platicar de un tema sumamente frecuente en la población mexicana: el síndrome de intestino irritable. La verdad es que, tanto nosotros como cualquier persona que conozcamos, siempre hay alguien que lo padece, ya sea porque tiene inflamación, distensión abdominal, etcétera.
Es importante saber que este es un trastorno muy común que afecta principalmente al intestino grueso (colon). Los signos y síntomas más frecuentes incluyen cólicos, dolor abdominal, distensión, exceso de gases, diarrea, estreñimiento o ambos (algunos debutan con estreñimiento, otros con diarrea y otros presentan ambos alternadamente).
El síndrome de intestino irritable es un trastorno crónico, lo que significa que requiere manejo a largo plazo. Aunque puede haber periodos de mejoría sin síntomas, también ocurren recaídas, generalmente asociadas a estrés, cambios en la dieta, mudanzas o situaciones emocionales intensas. Afortunadamente, muchos síntomas pueden controlarse mediante cambios en el estilo de vida, dieta adecuada y control del estrés, aunque en casos más severos se puede requerir medicación o terapia psicológica.
Un aspecto fundamental es que el síndrome de intestino irritable no daña los tejidos intestinales ni aumenta el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.
Hay que acudir al médico si se presentan cambios persistentes en los hábitos intestinales, pérdida de peso inexplicada, diarrea nocturna, sangrado rectal, anemia, vómitos sin causa aparente, dificultad para tragar o dolor abdominal severo que no mejora tras evacuar o eliminar gases.
Recuerden que en Punto Clínico contamos con excelentes gastroenterólogos en todas nuestras sucursales. Como siempre les digo, no dejen su salud para mañana. ¡Actúen hoy!
El síndrome de intestino irritable es un trastorno funcional muy común que afecta principalmente al intestino grueso. Se caracteriza por cólicos abdominales, distensión, gases, diarrea, estreñimiento o ambos. Es una condición crónica que alterna periodos de síntomas con otros de mejoría, aunque las recaídas suelen ser provocadas por factores como el estrés o cambios en el estilo de vida.
Aunque es una enfermedad que impacta la calidad de vida, no daña los tejidos intestinales ni aumenta el riesgo de cáncer de colon. La causa exacta del síndrome sigue sin conocerse, pero se asocia a factores emocionales, alimentarios y genéticos. El diagnóstico es clínico y se deben descartar otras enfermedades más graves, especialmente si hay síntomas como pérdida de peso, sangrado o fiebre.
El tratamiento se basa en cambios dietéticos, control del estrés y, en algunos casos, medicamentos específicos. Es crucial no automedicarse, ya que otras enfermedades serias pueden simular sus síntomas. Siempre es recomendable acudir con un gastroenterólogo para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
El síndrome de intestino irritable es una condición crónica que requiere un manejo integral. Si experimentas síntomas compatibles, es fundamental no ignorarlos ni automedicarte. Consulta a un especialista para recibir un diagnóstico certero y un tratamiento personalizado que te permita mejorar tu calidad de vida.
Recuerda que el manejo adecuado incluye una dieta balanceada, control del estrés y, en algunos casos, apoyo psicológico. En Punto Clínico contamos con los mejores gastroenterólogos para acompañarte en cada etapa de tu tratamiento. No dejes tu salud para mañana: ¡agenda tu cita hoy!
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